El FMI acaba de publicar un informe de previsiones de la economía. Para España, el 2013 será el último año de recesión, pero será más duro que el 2012. No llegará crecimiento hasta el 2014, aunque tan sólo con un avance del 0,8%. Los motivos son los de siempre: “Los esfuerzos de ajuste de la periferia del euro deben mantenerse y ser apoyados por los países del centro”, dice refiriéndose a la ayuda para el grupo de economías que incluye a España. ¿Cómo? El organismo cita “la total implementación de los cortafuegos europeos, la utilización de la flexibilidad presupuestaria de los tratados” y la necesidad de “dar más pasos hacia la completa unión bancaria y una mayor integridad fiscal”. “La acción política es necesaria para asegurar la frágil recuperación mundial”.
Para el 2013, llama la atención que el FMI estime para España una caída del 1,5%, dato que coincide con el del panel de expertos del sector privado (fuente Funcas) y que se acerca al -1,4% de la CE y la OCDE, o al -1,6% de JP Morgan o Goldman Sachs, mientras que el Ejecutivo de Rajoy sólo ve una caída de 0,5%.
Ojalá acierten!